Preparación de la visita ya ha provocado los primeros desencuentros entre Israel y Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajará a la ciudad de Belén, en los territorios palestinos, anunció el consejero de Seguridad Nacional.
Igualmente, la Casa Blanca dijo que el presidente estadounidense pronunciará un discurso sobre el Islam en Arabia Saudí en uno de los países que visitará en su gira por oriente próximo.
Trump visitará Belén, en los territorios palestinos ocupados, en su primera gira al exterior, durante la cual hará escalas en Arabia Saudí, Israel y el Vaticano, según su consejero de Seguridad Nacional, el general H.R. McMaster.
Al término de la primera etapa de su viaje, Trump participará en la cumbre de la OTAN en Bruselas el 25 de mayo, y del G7 el 26 y 27 de mayo.
Los preparativos para la visita, el próximo día 22, a Oriente Medio del presidente estadounidense, Donald Trump, han provocado los primeros desencuentros entre la Casa Blanca e Israel y han dado lugar a desmentidos y difusiones de conversaciones oficiales de alto nivel.
El primer encontronazo tuvo lugar el pasado domingo, a raíz de las declaraciones del secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, de que el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén que prometió Trump antes de ser elegido «se está estudiando», porque no está claro que Israel lo vea como positivo para una iniciativa de paz.
La Oficina del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, salió rápidamente al paso para señalar que el traslado de la legación «no daña al proceso de paz, sino todo lo contrario» y, sobre todo, para dejar claro que ésta es la posición del Gobierno israelí «pronunciada muchas veces al gobierno de Estados Unidos y al mundo».
Al día siguiente, para demostrar su afirmación y ante las presiones del ala ultraderechista de su coalición de Gobierno -que le pide instar al traslado y rechazar la solución de los dos estados- la oficina del primer ministro llegó al extremo de desvelar minutas de los encuentro entre los dos dignatarios el pasado 17 de febrero en Washington.
«Del encuentro en el Despacho Oval: 5. La embajada: el primer ministro apoya moverla», «Del encuentro en la comida en la Casa Blanca: Se preguntó al primer ministro sobre la embajada y explicó que moverla no llevaría a un derramamiento de sangre en la región» asegura la nota oficial.
Más desmentidos
Esta siguió al comentario del periodista del canal Fox News en Twitter Conor Powell, que aseguró que «todo el mundo» con el que ha hablado en Washington y que conoce las negociaciones sostiene que Netanyahu ha pedido a Trump que de momento no traslade la legación. «La información difundida por un corresponsal de Fox News es falsa», declaró la Oficina del Primer Ministro, que no suele reaccionar a comentarios de reporteros en las redes sociales.
El traslado de la embajada es un polémico movimiento que supondría un giro radical en la política de EE. UU. en la región y se vería como una aceptación implícita de la ocupación israelí de la parte oriental de la ciudad, que se consumó en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Del encuentro en el Despacho Oval: 5. La embajada: el primer ministro apoya moverla
Netanyahu aprovechó la controversia para instar públicamente a Trump a dar este paso y señalar que deberían trasladarse todas las embajadas, ubicadas en el área de Tel Aviv tras la condena por la ONU en 1980 de la decisión del Parlamento de Israel con respecto a Jerusalén.
En ese año, el Parlamento de Israel aprobó una resolución que declaraba a Jerusalén «capital eterna e indivisible de Israel», lo cual implicaba una anexión en términos jurídicos, no reconocida en cualquier caso por la comunidad internacional.
Tras ello, la ONU pidió a sus miembros que retiraran sus sedes diplomáticas de Jerusalén hasta el fin de la ocupación israelí.
A la polémica de la embajada se ha sumado esta semana otra, después de que trascendió a los medios que un miembro del equipo estadounidense que prepara la visita se negó a que Trump fuese fotografiado en el Muro de las Lamentaciones, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, por estar en territorio ocupado.
Según el Canal 2 de la televisión israelí, al ser preguntado si Netanyahu podía acompañar a Trump en su visita al Muro, el funcionario respondió que no, que será de carácter privado, y no podrá ser fotografiada ni habrá representantes israelíes ya que el lugar «está en Cisjordania» y afirmó: «el Muro de las Lamentaciones no está en vuestro territorio».
Una fuente de la oficina de Netanyahu citada por el Yediot Aharonot declaró que el comentario fue recibido con «asombro» por los israelíes, que consideran que «contradice la política de Trump» y han pedido explicaciones a la Casa Blanca. El digital Walla aseguró el lunes que un portavoz de la Administración Trump consultado respondió que «esos comentarios no fueron aprobados por la Casa Blanca. No reflejan la posición de EE. UU. y tampoco la del presidente».
EE. UU., al igual que el resto de la comunidad internacional, no reconoce la ocupación israelí de los territorios palestinos y ninguno de sus presidentes ha visitado el Muro de las Lamentaciones durante su mandato -aunque sí lo han hecho antes y después- así como no lo suelen hacer los jefes de estado y de gobierno en sus agendas oficiales.
Desavenencias
El diario Jerusalem Post calificó lo sucedido de «desavenencia dramática» entre los dos países.
Walla detalla otros desencuentros, entre ellos la supuesta petición de Netanyahu de hablar brevemente junto a Trump durante el discurso que este pronunciará en Masada, o la supuesta intención estadounidense de que la reunión con el presidente israelí, Reuvén Rivlin, se produzca durante su visita al Museo del Holocausto en vez de en la residencia oficial del mandatario, como suele hacerse.
La visita de Trump durará poco más de 24 horas y durante la misma se desplazará también a la ciudad cisjordana de Belén para reunirse con el presidente palestino, Mahmud Abás.
Jerusalén (AFP-Efe)