Cientos de habitantes de Hawái huyeron este viernes de sus viviendas, luego de la erupción del volcán Kilauea el día anterior, que causó flujos de lava, nubes de cenizas rosadas y emanaciones tóxicas.
La proximidad de casas a los pies del volcán generó una fuerte movilización de las autoridades locales, bajo la dirección del gobernador de Hawái, David Ige, quien decretó el estado de emergencia para poder movilizar a todos los servicios y fondos de urgencia del Estado vinculados a catástrofes naturales.
Imágenes de medios locales mostraron corrientes de lava que serpenteaban a través de los bosques, en tanto la agencia de Protección Civil del archipiélago informaba sobre «emisiones de vapor y lava de una grieta en la subdivisión Leilani en el área de Mohala Street» seguidas de explosiones, y ordenaba a todos los residentes abandonar el área afectada. No se reportaron víctimas el viernes por la mañana.
Unos 700 edificios y 1.700 personas están sujetos a evacuaciones obligatorias, indicó Cindy McMillan, portavoz de Ige. El gobernador movilizó a las tropas de la Guardia Nacional en el archipiélago y pidió a los habitantes que presten atención a las advertencias de la Defensa Civil. «Por favor estén alertas y preparados para mantener a salvo a sus familias», escribió Ige en su cuenta de Twitter.
Autoridades del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), de la unidad del observatorio vulcanológico, vigilaban y evaluaban por medios terrestres y aéreos la magnitud de la erupción, que comenzó el jueves alrededor de las 16H45 locales (00H45 GMT) luego de las docenas de temblores que se registraron en los últimos días. Un funcionario añadió que en la zona habitan unas 10.000 personas.
A las 10:30 de la mañana, hora local, se registró un terremoto de magnitud 5 al sur del cono volcánico Puu Oo, que generó desprendimientos y podría conllevar a un derrumbe dentro del cráter del volcán, según el USGC. El temblor fue el más importante de un centenar de sismos a veces menores, de magnitud 2, registrados desde el lunes.
Un gran penacho de cenizas color rosado se elevaba sobre la zona y las autoridades advirtieron de una subsecuente «inundación de lava», incendios, humo y nuevos sismos. El USGS elevó el nivel de alerta sobre el volcán de vigilancia a advertencia, informando que se detectaron «nuevas grandes grietas» en las laderas del volcán.
Las autoridades indicaron que el peligro vinculado a las erupciones en curso incluye además «potenciales concentraciones de gas de dióxido de azufre» en la zona, así como explosiones de metano que podrían propulsar grandes rocas y desechos en áreas adyacentes.
«Vapor caliente blanco y humo azul emanaron de una área de ruptura en la parte este de la subdivisión», escribió la agencia. El servicio geológico puso énfasis en precisar que en estas etapas tempranas de las erupciones por fisuras son «dinámicas» y que pueden producirse «grietas adicionales y nuevas emanaciones de lava».
«En este momento no es posible señalar dónde» se producirán nuevas grietas, añadió el informe. Un centenar de sismos, algunos leves, de una magnitud cercana a 2.0 se registran desde el lunes, poniendo a prueba los nervios de los residentes de la isla. «Esto nos despierta», declaró Carol Shepard a la cadena local KHON. «Es como si toda la casa temblara».
Usando un dron, otro residente, Jeremiah Osuna, tomó imágenes de video de la columna de lava roja, que caracterizó como «una cortina de fuego». «Me inquieté bastante y me di cuenta hasta qué punto (…) es peligroso vivir» cerca del volcán, admitió.
Los científicos observan esta «intrusión de magma» en la zona desde el lunes, anticipando una posible erupción, explicó Janet Babb, geóloga del Observatorio volcanológico de Hawái. Probablemente se produzcan otras erupciones, advirtió.
Hawái, con frecuencia llamada la Gran Isla, es la mayor de las ocho principales que componen este Estado estadounidense del Pacífico, un archipiélago de 137 islas.