Los retos de Lenín Moreno, el hombre que recibe el legado de Correa

los-retos-de-lenin-moreno-el-hombre-que-recibe-el-legado-de-correaEl nuevo mandatario recibirá un país polarizado, una economía en decadencia y una oposición fuerte.

El expresidente de Ecuador Rafael Correa fue durante casi todo su mandato un jefe de Estado popular. La transformación en materia de infraestructura que vivió el vecino país durante sus ocho años en el poder le dio un importante respaldo por parte de la población y su inversión en causas sociales lo catapultó como el líder de lo que él mismo denominó como «Revolución Ciudadana».

Sin embargo, sus últimos meses de mandato fueron duramente golpeados por la baja en los precios del petróleo, lo que llevó a recortar el dinero que se destinaba a los proyectos sociales; y por su postura autoritaria, en especial con la prensa, a la que le restringió derechos como la libertad de expresión. El último incidente tuvo lugar el mes pasado, cuando siete medios ecuatorianos recibieron una multa de 3.750 dólares por no difundir un reportaje sobre el opositor y rival de Moreno en las pasadas elecciones presidenciales, Guillermo Lasso, que fue publicado por el diario argentino ‘Página 12’ y el cual lo vinculaba con empresas en paraísos fiscales.

Lasso

El opositor Guillermo Lasso, rival de Moreno en las presidenciales, pidió reconteo de votos. Y aunque el Consejo Nacional Electoral volvió a dar como ganador a Moreno, Lasso no lo reconoció.

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EFE

Esta situación hizo que Correa perdiera el apoyo de cierta parte de su base electoral. En especial, de la clase media. El propio exmandatario lo confirmó cuando se refirió, a pocos días de la segunda vuelta presidencial, a aquellos que le habrían retirado el apoyo debido al ascenso social que disfrutaron, según Correa, gracias a su gobierno, y les dijo que sufrían el síndrome de «Doña Florinda»: personas que salen de la pobreza y empiezan a ver a los que siguen en esa situación como «chusma».

En varios momentos de la campaña presidencial, algunos analistas consideraron que ese tramo final del gobierno de Correa afectaría a su candidato, el hoy presidente Lenín Moreno. De hecho, al no ganar la primera vuelta y haber quedado a menos de un punto porcentual de la victoria, hizo que las alarmas se prendieran en el oficialismo e, incluso, el propio Correa afirmó que, en caso de ganar Lasso, ya no se tomaría las vacaciones que tenía planeadas en Bélgica sino que volvería a la arena política de su país.

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Queridas ecuatorianas y ecuatorianos, con mucha responsabilidad he trabajado en la conformación de nuestro Gabinete de Gobierno…

Finalmente, Moreno ganó, pero lo hizo por un estrecho margen: obtuvo el 51,16 por ciento de los votos. Mientras que su rival, Lasso, se quedó con el 48,84 por ciento de los mismos. La situación se puso un poco tensa cuando el candidato opositor pidió un recuento de votos. El Consejo Nacional Electoral de Ecuador accedió y confirmó la victoria de Moreno sobre Lasso, quien también desconoció, aún así, el segundo veredicto del organismo.

Tras ser proclamado como vencedor de las elecciones, Moreno ha sido conciliador y ha intentado decir que aunque pretende seguir con el legado de Correa no es igual al exmandatario
y que su relación con la oposición y con la prensa no será tan hostil.

Moreno ganó, pero lo hizo por un estrecho margen: obtuvo el 51,16 por ciento de los votos

Y ahí, precisamente, está la dicotomía. Si bien es cierto que la imagen de Correa se desgastó en el país vecino luego de una década en el poder, también lo es que fue determinante para que Moreno consiguiera la presidencia.

En este sentido, no es muy claro qué tanto se piensa apartar Moreno de su antecesor ni en qué aspectos, además del autoritarismo. Este martes, antes de su posesión, el presidente dijo que buscará consolidar un proyecto de izquierda en Ecuador, lo que da pistas sobre las prioridades que tendrá durante su mandato, en el que también será importante la inversión y la equidad social.

No obstante, el escenario es distinto al que vivió Correa cuando llegó al poder. Por un lado, porque el exmandatario gozó de gran popularidad cuando obtuvo la presidencia, mientras que Moreno recibe un país polarizado, donde prácticamente la mitad de los votantes apoyaron no solo a su rival, sino a una forma distinta de percibir el país. Lasso, un exbanquero, es defensor del neoliberalismo y la apertura económica, de la reducción de impuestos y de un Estado menos intervencionista.

Por lo tanto, su maniobra de acción y gobernabilidad necesariamente pasará por consensos y negociaciones con la oposición.

Correa

El expresidente Correa fue muy popular al inicio de su gobierno. Al final, y por cuenta del autoritarismo y la crisis económica, su imagen perdió ese ímpetu.

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EFE

Otro aspecto importante es que la crisis económica que sufrió Ecuador en el último lapso del mandato de Correa, debido a las bajas en los precios del crudo, continúa, pues los costos del petróleo aún no suben lo suficiente como para continuar con la «Revolución ciudadana» tal y como la empezó Correa.

En este aspecto, Lenín también deberá buscar y conseguir opciones para diversificar los productos que exporta Ecuador y así recibir mayores ingresos diferentes a las rentas petroleras.

«Es el momento de renovar los compromisos como el de enfrentar juntos los nuevos retos. Trabajaré por cada uno de ustedes, por los que votaron por mí y por quienes no», dijo Moreno al recibir hace una semana la credencial de mandatario.

Modelo en crisis

El modelo de Correa «está en crisis» y «requiere una bonanza económica para sostenerse», dijo Pablo Ospina, un analista de la Universidad Andina Simón Bolívar en Quito. Para el politólogo Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Quito, la perspectiva para Moreno «va a ser muy difícil sobre todo por la situación económica», que llevó al país a la recesión en los últimos trimestres, aunque el propio Correa indicó que la economía ecuatoriana está en proceso de recuperación.

Es difícil que Moreno continúe con la misma inversión social de Correa, quien asegura que redujo la pobreza de un 36,7 por ciento en 2007 a 22,9 por ciento en 2016 y la miseria de 16,5 por ciento a 8,7 por ciento.

El modelo de Correa está en crisis y requiere una bonanza económica para sostenerse

Sin embargo, las expectativas de las clases bajas se mantienen intactas. Y ahí, precisamente, puede estar un gran dolor de cabeza para Moreno, pues asumir esta realidad le quitaría el respaldo de la base electoral de Correa, que se encuentra entre la población más vulnerable.

Pero insistir en continuar con una gran inversión en sectores sociales, mientras la economía decrece, podría enfrentarlo con una oposición que, como lo demostró en los comicios, ha ido ganado terreno en el electorado.

Correa dejó algunas cifras preocupantes. La deuda externa creció en 150 por ciento (a 25.680 millones de dólares, 26,3 por ciento del PIB) en la última década, según cifras oficiales. La economía decreció 1,5% por ciento en 2016 y el precio del crudo, principal producto de exportación, cayó del récord de 98 dólares por barril en 2012 a 35 en 2016.

Santos

El presidente colombiano Juan Manuel Santos, fue uno de los líderes latinoamericanos que asistió a la posesión de Lenín Moreno en Ecuador.

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AFP

Así las cosas, y aunque Moreno aspira a alcanzar una economía sostenida en la eficiencia y el adecuado manejo de los recursos, que encuentre sustento en la justicia social y la equidad tributaria, la tarea no será nada difícil. La imagen de Correa lo acompaña para bien y para mal. Y será el manejo que le dé a ella lo que dirá qué tanta gobernabilidad podrá tener el nuevo mandatario, que hoy fue investido en el Congreso y ante una decena de mandatarios latinoamericanos.

*Con información y fuentes de AFP

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