¿Quién es Alejandro Giammattei, el nuevo presidente de Guatemala?

5En septiembre de 2006, a casi un año de haber asumido como jefe del sistema penitenciario en Guatemala, Alejandro Giammattei se enfrentó a su desafío más grande, uno que quedaría grabado en la retina de los guatemaltecos y que catapultaría su hasta entonces anodina carrera política. 

A fines de ese mes, un contingente de 3.000 elementos de la guardia penitenciaria, la Policía y el Ejército irrumpió de madrugada en la Granja Penal de Pavón, una cárcel sin ley en las afueras de Ciudad de Guatemala, con el fin de restablecer el orden y tomar control del lugar.

A pesar de que siete reos perdieron la vida, el operativo fue reconocido como «un exitoso procedimiento» para retomar el orden del penal, desde donde se comandaban operaciones criminales, se escondían víctimas de secuestros, se falsificaban billetes y hasta se vendían lotes en el terreno carcelario. 

Aquel reconocimiento le permitió a Giammattei postular, por primera vez, a la presidencia del país en 2007.

A pesar de quedarse corto para pasar a la segunda vuelta cosechó un 17 por ciento de los votos y, desde entonces, se convirtió en el candidato sempiterno hasta que el domingo finalmente alcanzó la victoria.

Alejandro Giammattei

A diferencia de muchos, nunca me he sentido atraído por un puesto cómodo, libre de estorbos y fácil de desempeñar», escribió el médico cirujano de 63 años sobre su encargo como jefe de prisiones en su libro ‘Relato de una injusticia’, donde defiende la operación en la Granja Penal de Pavón.

Cuatro años más tarde, tras una investigación de la CICIG -un organismo contra la impunidad respaldado por la ONU-, Giammattei y otras autoridades fueron acusados de la ejecución extrajudicial de los siete reos, cuyos cuerpos presentaban señales de tortura y heridas de bala desde corta distancia.

Giammattei se refugió en la embajada de Honduras en Guatemala y pidió asilo, pero luego decidió entregarse a la justicia y se declaró «preso político».

Diez meses después, «el doctor», como le gusta que le digan, quedó en libertad por falta de pruebas. Desde entonces, ha explotado el caso como una persecución en su contra, algo que le ha traído enormes réditos políticos.

A pesar de que perdió las dos elecciones presidenciales siguientes, fue calando en el electorado y, este año, gracias a las inhabilitaciones como candidatas de la exfiscal Thelma Aldana y Zury Ríos, hija del dictador Efraín Ríos Montt, accedió a la segunda vuelta por primera vez.

Con limitación de movilidad

Giammattei nació en Ciudad de Guatemala el 9 de marzo de 1956. En su juventud fue diagnosticado con esclerosis múltiple, una enfermedad que lo obliga a moverse con muletas pero que, según quienes lo conocen, «le da más fuerza y no lo limita».

«El doctor es un hombre sereno, tranquilo. Ese domingo de junio que recibió la noticia que pasaba a segunda vuelta, no dijo nada, no fue una sorpresa para él porque ya teníamos las mediciones que pasaríamos», confesó a Reuters Raúl Romero, amigo de
Giammattei y diputado del derechista Fuerza, el partido con el que buscó la presidencia en 2015.

Quienes han trabajado a su lado también lo describen como un hombre de carácter fuerte y con un gran sentido del humor que, sin embargo, cambia con facilidad. Aliados y detractores concuerdan en la persistencia de Giammattei: «logra lo que se propone». Y él remata: «Soy un hombre acostumbrado a trabajar bajo presión», dijo a Reuters.

Amistades peligrosas

Giammattei -que prometió resucitar la pena de muerte, acabar con la «asquerosa corrupción» y poner un «muro de inversión» en la frontera entre Guatemala y México para frenar la migración hacia Estados Unidos- estudió medicina y poco después de graduarse trabajó como director de un hospital capitalino y en la dirección del sistema de salud pública.

Padre de tres hijos con su esposa Rosana Cáceres, el también empresario coordinó las elecciones de 1985, luego pasó por la dirección de transporte capitalina, fue director de los Bomberos Municipales y ocupó otros cargos públicos menores.

Antes del suceso en la cárcel de Pavón -que marcaría su último cargo público- tentó sin éxito la alcaldía de Ciudad de Guatemala en dos oportunidades: 1999 y 2003. 

Desde entonces, se dedicó a la empresa privada y a buscar la silla presidencial. Durante esos años logró articular estructuras partidarias a nivel nacional y una red de financistas, algunos de ellos en prisión por corrupción.

En los comicios de 2011, Giammattei postuló por CASA, un partido de centroderecha cercano a militares y a Roberto López, acusado de comprar magistrados.

Uno de los financistas de aquella campaña fue el empresario Inngmar Iten, actualmente en prisión
 acusado de apropiarse de una millonaria devolución de crédito fiscal mediante el pago de sobornos.

Investigaciones de medios locales vinculan a Giammattei con Luis Enrique Ortega, hijo del general retirado Francisco Ortega, señalado de ser miembro de la Cofradía, un grupo de «poder paralelo» que, desde la década de 1980 ha sido acusado de manejar los hilos del país centroamericano.

«He sido testigo de cómo toda clase de personas se le han acercado cuando se oficializó que pasaría a segunda vuelta y sé que le han ofrecido una gran cantidad de ofrendas, pero él las ha rechazado», dijo su amigo Romero.

 

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