Nueva York. Madrugada del 11 de diciembre de 1978. Seis hombres armados entran en un almacén de carga de la compañía aérea Lufthansa en el aeropuerto JFK. Reducen a dos guardias y recluyen a los trabajadores en el comedor. Acto seguido, obligan a un supervisor a abrir la cámara acorazada. Dentro hay seis millones de dólares -de la época, hoy serían más de 20, unos 17,6 millones de euros- en efectivo y joyas. Una hora después de entrar, los atracadores están fuera. No hay muertos, solo un herido leve. El golpe ha sido perfecto. Se acaba de consumar uno de los mayores robos de la historia de Estados Unidos.
Más de diez muertes se relacionan con el caso, incluidas las de dos de los atracadores
A los cinéfilos la historia les puede sonar familiar. Martin Scorsese convirtió este atraco en un elemento clave en la trama de su película Uno de los nuestros (1990), probablemente la cinta sobre mafia más importante desde El padrino (1972), de Francis Ford Coppola. El caso se volvió muy mediático. “Fue increíble cubrirlo y, en cierto modo, daba miedo, por toda la violencia que le siguió”, recuerda para ICON Leslie Maitland, la entonces reportera del New York Times que hizo el seguimiento del caso. Si el golpe fue perfecto, lo que le siguió fue desastroso. De lo contrario, la historia no hubiera llegado al cine de la mano de Scorsese, Maitland no hubiese pasado miedo cubriéndolo y usted probablemente no estaría leyendo este texto.
Los atracadores huyeron en una camioneta Ford que, según el plan inicial, uno sin fisuras que derivaría en el atraco perfecto, debía ser convertida en chatarra al terminar el golpe. Sin embargo, Parnell Edwards, el conductor, creyó más conveniente ir a celebrar el golpe con su novia y dejar el vehículo -plagado de huellas- mal aparcado en las calles de Brooklyn. Al día siguiente fue encontrado por la policía, que seguía la pista de la furgoneta gracias al testimonio de uno de los trabajadores de Lufthansa.
Una semana después, Edwards aparecía muerto a balazos en su casa de Queens. Sería el primero de un largo reguero de cadáveres. “Cada asesinato sumaba más interés por el caso. Sucedió gradualmente. Y no siempre estaba claro de inmediato que la víctima estuviera involucrada en el robo y luego fuera asesinada por un cómplice”, asegura Maitland.
Para evitar la cárcel y por temor a que Burke le matara para silenciarle, Hill entró en el programa de protección de testigos del FBI y empezó a delatar a todos
El trabajo de Lufthansa no era, ni mucho menos, el primero perpetrado en el aeropuerto por esta banda. Henry Hill (protagonista del filme de Scorsese, interpretado por Ray Liotta) describió el neoyorquino aeropuerto JFK como su “banco privado” en el libro The Lufthansa heist, que firma con Daniel Simone. En el libro también detalla cómo años atrás habían robado medio millón de dólares a la aerolínea Air France.
Los atracadores supieron acerca del botín varios meses antes del atraco gracias a un soplo que les dio Louis Werner, un trabajador del aeropuerto que mantenía una importante deuda de juego con la banda. “Al principio llamó la atención la enorme cantidad de dinero involucrada y la sospecha de que un trabajador de la aerolínea estuviera involucrado. Eso generó mucho interés”, afirma Maitland. La suma de dinero también sorprendió a los atracadores la misma noche del golpe. Esperaban encontrar cerca de dos millones, pero resultó ser el triple.
El cerebro de la brillante operación fue Jimmy The Gent Burke, personaje interpretado por Robert De Niro en Uno de los nuestros. Y también fue Burke el que, al ver que el plan empezaba a torcerse, comenzó a matar a todo aquel que pudiera delatarle. ¿El resultado? Más de diez muertes se relacionan con el caso, incluidas las de dos de los atracadores.
Dos años después del robo, Hill (recuerden: interpretado por Ray Liotta en Uno de los nuestros) fue arrestado por tráfico de drogas. Para evitar la cárcel y por temor a que Burke le matara para silenciarle, decidió entrar en el programa de protección de testigos del FBI. Allí empezó a delatar uno a uno a todos los implicados. Unas 50 personas acabaron en prisión gracias a su colaboración, entre ellos el propio Burke, el cerebro. Burke (apodado El Caballero, The Gent) fue condenado en primer lugar a 20 años de cárcel por varios delitos y, más adelante, a cadena perpetua por un asesinato. Sin embargo, nunca se le condenó por el golpe del aeropuerto, ni por las más de 50 muertes que el propio Hill le atribuía. En 1996, Burke murió a los 64 años en la cárcel a causa del cáncer de pulmón.
El caso del robo a Lufthansa tardó 37 años en cerrarse. En 2014, fue detenido Vincent Asaro, líder del clan familiar de los Bonano, acusado de participar en él. Sin embargo, Asaro fue absuelto un año después. La única persona que pisó la cárcel por este caso fue Werner, el informador endeudado. Hill, por su parte, murió en 2012 en un hospital de Los Ángeles a los 69 años.
Todavía hay quien pide que se reabra un caso que apasiona a la opinión pública y que está lleno de cabos sueltos.